Una revisión del ensayo clínico Impact Barcelona ha confirmado dos años después que la práctica del mindfulness o seguir una dieta mediterránea durante el embarazo mejoran significativamente el desarrollo de los bebés y el bienestar de las gestantes.

Eduard Gratacós

Eduard Gratacós

La evaluación se ha llevado a cabo por investigadores de BCN Natal, un centro que integra los departamentos de medicina materno fetal y obstetricia de los hospitales Sant Joan de Déu y Clínic de Barcelona. Estos mismos especialistas, junto con instructores del Instituto esMindfulness, llevaron a cabo el ensayo clínico inicial en el 2019.

El nuevo estudio, que se ha publicado en la revista Jama Network y del que también se ha hecho eco el diario La Vanguardia, da seguimiento al ensayo clínico denominado Impact Barcelona, en el que participaron durante tres años más de 1.200 mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un bebé de bajo peso. La nueva evaluación que se ha realizado ahora ha revisado el neurodesarrollo de los bebés dos años después de su nacimiento.

El estudio

En su día, las participantes fueron divididas al azar en tres grupos: uno que realizaba visitas a una nutricionista para seguir una dieta mediterránea, otro que seguía un programa de mindfulness para reducir el estrés y un tercer grupo de control al que se aplicaba el seguimiento habitual del embarazo.

En el momento del parto, los investigadores ya constataron una disminución de entre el 29% y el 36% de bebés nacidos con bajo peso en el caso de madres que habían seguido la dieta mediterránea o el programa de atención plena.

Ahora, al evaluar el desarrollo neurológico de esos niños a los 24 meses con la escalas estandarizadas Bayley-III (que permiten medir el desarrollo mental, psicomotor y comportamental de bebés entre 1 y 42 meses), los investigadores han comprobado que aquellos niños cuyas madres siguieron la dieta mediterránea presentaban puntuaciones más altas en el dominio cognitivo y socioemocional que los niños de madres con un seguimiento convencional del embarazo, mientras que los niños de madres que se sometieron a una intervención de mindfulness puntuaron más en el dominio socioemocional.

Los beneficios

Otros estudios epidemiológicos ya habían sugerido la asociación entre la dieta materna y el neurodesarrollo de los hijos y cómo determinados componentes dietéticos pueden mediar en el estado inflamatorio e interferir en el desarrollo del cerebro en el útero. También hay trabajos que han relacionado el estrés y la ansiedad de las embarazadas con un peor desarrollo neurológico.

«Hasta donde sabemos, este es el primer ensayo clínico aleatorizado que evalúa los efectos de las intervenciones en el estilo de vida basadas en la dieta mediterránea o la reducción del estrés en el neurodesarrollo infantil», han precisado los investigadores en el trabajo publicado en la Revista Jama.

También han destacado que otros estudios confirman que los resultados del dominio cognitivo en la primera infancia están asociados al cociente de inteligencia futuro, «lo que da importancia clínica» a sus hallazgos y a la intervención médica para promover cambios en el estilo de vida de las embarazadas.

La intervención MBSR

En el estudio Impact Barcelona, la intervención destinada a reducir el estrés de las embarazadas se basó en el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction).  Las mujeres siguieron una intervención de atención plena y se midieron sus niveles de hormonas relacionadas con el estrés (cortisol y cortisona) al inicio y al final del programa. Los buenos resultados de este ensayo clínico propiciaron el desarrollo del programa de Mindfulness para embarazadas Maternalmente, impulsado por el Instituto esMindfulness y coordinado por la instructora Teresa Oller. 

El director de BCNatal, Eduard Gratacós, ya apuntó al presentar los primeros resultados de este ensayo, a finales de 2021, que la constatación de los beneficios que comportan estas intervenciones abren la puerta a introducir cambios en los actuales protocolos de seguimiento y control del embarazo, porque muestran que cambiar el estilo de vida de la embarazada puede reducir complicaciones del embarazo y mejorar la salud y el desarrollo del bebé sin necesidad de recurrir a tratamientos farmacológicos ni de ningún otro tipo.