La meditación de atención plena o Mindfulness puede ayudar a los adolescentes a abordar las crisis de salud mental. Esto es lo que asegura la neurocientífica Susan Whitfield-Gabrieli en un artículo publicado recientemente en Nature Mental Health.

Susan Whitfield-Gabrieli

La directora del Centro de Imágenes Biomédicas de la Universidad Northeastern (EEUU), que además también es investigadora del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard, aconseja a los responsables políticos que recurran al Mindfulness, fácil de practicar y de bajo costo, para cambiar la actividad cerebral asociada con las enfermedades mentales.

La misma red cerebral

«Los cambios en el estilo de vida y en las intervenciones conductuales, como la meditación de atención plena y el ejercicio físico, se dirigen a la misma red cerebral que otras terapias bastante invasivas como la estimulación cerebral profunda, el electroshock y el tratamiento con ISRS (antidepresivos basados en inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)», explica la investigadora. «Y lo hacen de manera que normalmente no tienen efectos secundarios negativos y son equitativas, en el sentido de que las personas pueden practicarlo en cualquier lugar y en cualquier momento», añade Whitfield-Gabrieli.

El responsable del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, Vivek Murthy, emitió una inusual advertencia en diciembre de 2021, en la que alertaba de que los jóvenes de hoy se enfrentan a desafíos «sin precedentes» que han tenido un efecto «devastador» en su salud mental.

El informe de vigilancia de riesgo juvenil de 10 años de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, publicado el pasado mes de febrero, también dibujó un panorama sombrío de la depresión adolescente. Según este estudio, durante el año 2021, el 42% de los estudiantes se sentían «persistentemente tristes o desesperados» y el 10% había intentado suicidarse. Mental Health America, una organización sin fines de lucro, afirma en una publicación de 2023 que el 16,39% de los jóvenes de 12 a 17 años reconocieron haber sufrido al menos un episodio depresivo grave en el último año. «Incluso antes de la pandemia del covid había un aumento de las autolesiones y de las ideas suicidas», explica Whitfield-Gabrieli.

Tratamientos caros

A pesar de esta situación, no todos los enfermos están recibiendo ayuda. Mental Health America sostiene que, en el 2023, el 59,8% de los jóvenes con depresión grave no recibieron ningún tratamiento de salud mental. Y la principal razón es que acceder a la terapia “es muy difícil”, según Whitfield-Gabrieli, que considera que la meditación y la práctica de la atención plena pueden marcar una gran diferencia en la salud mental de los adolescentes.

La investigadora estadounidense afirma que estas prácticas funcionan calmando una región del cerebro conocida como red de modo predeterminado, que se identificó por primera vez mediante imágenes neuronales. La sobreactivación de esta red puede causar problemas en el día a día. Es entonces cuando se asocia con disminuciones de la función ejecutiva, patrones de pensamiento negativos y, en casos graves, psicosis. Los recuerdos se convierten en cavilaciones y la planificación para el futuro se convierte en ansiedad, explica Whitfield-Gabrieli.

Estado de «encierro»

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que la hiperactividad o la hiperconectividad o activación de esta red está específicamente relacionada con la psicopatología, ya que puede conducir a un estado de «encierro», en el que los afectados entran en pensamientos negativos y repetitivos. “Puede ser una repetición del pasado o una preocupación obsesiva por el futuro, pero uno queda atrapado en este modo de pensamiento negativo y repetitivo», añade la neurocientífica.

“La forma en que funciona la meditación de atención plena es que te obliga a concentrarte en el presente», explica Whitfield-Gabrieli, que ha utilizado la neurorretroalimentación por resonancia magnética funcional en su laboratorio para ilustrar la disminución en la actividad de la red en modo predeterminado en adolescentes que practican Mindfulness. «Hacemos eso con adolescentes con depresión, ansiedad y psicosis para ayudarles a ver cómo están modulando realmente las redes», explica la investigadora. Whitfield-Gabrieli dice que también se ha demostrado que otros tratamientos, como los antidepresivos, la ketamina y la estimulación magnética transcraneal, reducen la conectividad de la red en modo predeterminado.

Escalables y preventivas

Pero las intervenciones conductuales como la meditación consciente y el ejercicio físico son de particular interés porque son escalables y adecuadas para la intervención temprana e incluso la prevención de enfermedades mentales en jóvenes con riesgo mensurable de desarrollar trastornos psiquiátricos, afirma la investigadora. La neurocientífica destaca que estas intervenciones conductuales se pueden realizar en cualquier momento y en cualquier lugar. Aumentar el ejercicio físico y disminuir el uso de las redes sociales también puede ayudar a calmar la red de modo predeterminado asociada con la angustia mental.

Whitfield-Gabrieli sostiene que los responsables políticos deberían considerar incorporar la meditación de atención plena como parte de la jornada escolar desde el nivel preescolar. «De hecho, hemos realizado un ensayo clínico aleatorio en escuelas autónomas de sexto grado que demuestra que, si se practica la meditación de atención plena como una clase regular de 45 minutos, se puede reducir significativamente el estrés. «Es un mecanismo muy protector», añade, por lo que se debería enseñar esta técnica a los niños “antes de que enfermen».