Cada vez hay más pruebas científicas de que las intervenciones basadas en mindfulness son efectivas para reducir el estrés y la ansiedad. Una nueva investigación, en la que ha participado la periodista de la BBC Melissa Hogenboom, demuestra ahora de que los programas de atención plena como el MBSR pueden modificar las estructuras de nuestro cerebro. Es lo que los científicos denominan neuroplasticidad.

Melissa Hogenboom

Melissa Hogenboom

La periodista británica siguió una intervención de mindfulness durante seis semanas. A lo largo de ese tiempo, cada día llevaba a cabo una meditación guiada de atención plena durante 30 minutos mediante una grabación.

Además de esa práctica, realizó una sesión de meditación semanal con Thorsten Barnhofer, profesor de psicología clínica de la Universidad de Surrey (Reino Unido), que es el responsable de la investigación.

Estar presente

El profesor también instó a Melissa Hogenboom a estar lo más consciente posible del momento presente y prestar atención a cosas que normalmente ignoraba en su vida cotidiana, como observar hacia dónde iban sus pensamientos y qué ocupa su mente de un momento a otro en su día a día.

El científico le emplazó, a su vez, a ser más consciente de las pequeñas acciones rutinarias de la vida diaria, como cuando cocina o corre para hacer deporte. La instrucción era que se concentrara realmente en el momento presente y que devolviera su mente a lo que estaba haciendo cuando divagaba, y a que se diera cuenta de la frecuencia con que solía hacerlo.

“Tan pronto como comencé una sesión, sentí que en los primeros minutos todo era fácil. Me concentraba en mi respiración o en partes de mi cuerpo, siguiendo las instrucciones. Pero cuando llegaban momentos de silencio, mi mente se embarcaba en viajes en el tiempo”, explica la periodista. No obstante, a medida que practicaba, la periodista descubrió que cada vez podía mantener su mente más tranquila y ahuyentar mejor los pensamientos.

«Sentí un beneficio»

“Aunque quizás no soy una candidata ideal (mis niveles de estrés, que se midieron antes y después del proceso, son generalmente bajos), aun así, sentí un beneficio”, comenta Hogenboom, que antes de iniciar el programa de mindfulness y una vez acabado, se sometió sendos escáneres para ver si se había producido algún cambio en su cerebro.

El resultado fue que su estructura cerebral había cambiado. Y se pudieron ver algunos cambios mensurables. La mitad de la amígdala (una estructura con forma de almendra importante para el procesamiento emocional) había reducido su volumen en el lado derecho.

Cambios en la amígdala y la corteza cingulada

“Pero lo interesante es que esto concuerda con la literatura científica que muestra que la atención plena puede reducir el tamaño de la amígdala porque amortigua el estrés. Cuando experimentamos más estrés, la amígdala crece”, explica.

El otro cambio se produjo en la corteza cingulada, que es una parte del sistema límbico que está involucrado en las respuestas emocionales y de comportamiento. También es importante para la red neuronal por defecto (RND), una región que se activa cuando la mente divaga y reflexiona. “En mi cerebro, había aumentado ligeramente de tamaño durante las seis semanas, lo que indica un mayor control de esa área. Una vez más, esto concuerda con estudios publicados en la literatura científica”, comenta la periodista.

“Fue bastante alucinante ver estos resultados en mi cerebro en una pantalla grande frente a mí. Con solo ser consciente, logré aumentar una parte de mi cerebro que evita que mi mente divague demasiado”, concluye.