Davide Rampino (instructor de Mindfulness)

Davide Rampino

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Dentro de la jornada laboral, así como en el desarrollo de la vida personal, son muchos los momentos en los que nos vemos sometidos a estímulos de todo tipo, como llamadas, reuniones, correos electrónicos, negociaciones, prisas, conversaciones difíciles, interrupciones, imprevistos, distracciones, obligaciones, preocupaciones, etc.

Un conjunto de situaciones que ponen a prueba en cada momento nuestra capacidad de respuesta y la necesidad de mantener el control sobre todo lo que ocurre. Buscando una mayor sensación de control, nuestro cerebro empieza a repasar todo aquello que nos preocupa, generando pensamientos sobre pensamientos.

Y si, por un lado, pensar es normal (hay estudios que describen que durante el día podemos llegar a producir 60.000 pensamientos), por otro lado, cuando los pensamientos empiezan a ser repetitivos alrededor de temas que nos preocupan demasiado, entramos en estado de rumiación. Y aquí es cuando se multiplican las distracciones, cuesta concentrarse, cuesta pensar con claridad y, sobre todo, actuar de una manera consciente y eficaz.

Las repercusiones negativas de la multitarea

Cuando entramos en este estado tendemos a no estar enfocados en lo que hacemos, y pasamos de una tarea a la otra con facilidad. A menudo nos han venido contando las bondades de la multitarea (en mi experiencia en empresas lo he experimentado en varias ocasiones), de la necesidad de saber realizar más actividades en simultáneo para ganar en productividad, eficiencia, rapidez, e incluso en agilidad mental. Pero nuestro cerebro simplemente no está diseñado para trabajar en multitarea, y por mucho que nos insistan o que nos exijamos, cada vez que nos distraemos y cambiamos de una tarea para realizar otra, nuestra eficacia cae en picado.

Está demostrado que nuestro cerebro es incapaz de hacer no diez, sino dos cosas a la vez. Es más, cada vez que cambiamos de tarea nuestro cerebro requiere un cierto tiempo de adaptación. Pueden ser pocos segundos o varios minutos que nos restan energía y productividad.

Reacciones químicas

Lo interesante también es que este funcionamiento responde a reacciones químicas. Al realizar multitarea se producen inyecciones ddopamina en el cerebro. La dopamina es un neurotransmisor natural que produce placer y que está relacionado con las adicciones; realizando varias tareas a la vez nuestro cerebro recibe una gratificación y automáticamente sigue a la búsqueda de más gratificación y más dopamina. Por esta razón, a pesar de ser un factor de ineficiencia y desgaste, nos vemos sometidos constantemente a la multitarea y a las distracciones.

Todo esto acaba afectando a nuestra capacidad de acción y, cuanto menos eficaces nos sentimos, más sensación de descontrol tenemos y más preocupación nos genera. Así empieza el bucle. Y así empieza lo que habitualmente identificamos como estrés.

Nuestro cerebro no está acostumbrado a prestar atención en lo que hacemos, más bien su tendencia es la de vivir en constante piloto automático, pensando, imaginando o recordando cosas, mientras realizamos cualquier otra tarea.

Los beneficios del Mindfulness y la meditación

Parece una labor casi imposible revertir este mecanismo, pero no es así. Con prácticas como la de mindfulness y la meditación, podemos entrenar aquellas zonas de nuestro cerebro que habitualmente no trabajan, y desde donde actúa la capacidad de prestar atención consciente a cualquier aspecto de nuestra experiencia, tanto a aquello que captamos con los sentidos (imágenes, sonidos, olores, etc..) como a todo tipo de fenómeno mental (pensamientos, recuerdos, fantasías, etc..).

Desde asTara – Bienestar y Desarrollo acompañamos a los equipos profesionales a entrenar e incorporar herramientas y recursos eficientes para la gestión del estrés y de la ansiedad. Desarrollando una mayor conexión con sus fenómenos mentales y estados emocionales, acercándose a ellos desde la apertura y la aceptación, con ecuanimidad, amabilidad y compasión.

Son formaciones intensivas de Mindfulness en las que compartimos hábitos y funcionamiento de la mente en el día a día, así como las herramientas y las prácticas que pueden ayudar a desarrollar una mente más atenta y eficaz en el entorno laboral o personal.

Todo es empezar y dejarnos llevar en el proceso de descubrir nuevos horizontes, con curiosidad y atención.