Un nuevo resultado del estudio IMPACT BCN ha corroborado que seguir una dieta mediterránea y prácticas mindfulness durante el embarazo influye en la salud intestinal de las embarazadas. El estudio concluye que esta alimentación favorece las bacterias beneficiosas y reduce las menos saludables. El programa MBSR también mostró cambios favorables en las gestantes, aunque a una escala más modesta. Estos resultados apuntan a que cuidar el estilo de vida marca la diferencia, también a nivel microbiano.

Aunque el período de gestación es crucial para la salud humana, todavía son escasos los estudios que analizan cómo la microbiota materna influye en su desarrollo y cómo los hábitos de vida pueden modificarla. La mayoría de la evidencia existente proviene de estudios observacionales.

Investigaciones previas habían mostrado que ciertas intervenciones en el estilo de vida durante el embarazo podían reducir la incidencia de bebés pequeños para la edad gestacional (SGA, por sus siglas en inglés). En este contexto, se planteó la hipótesis de que la modulación del microbioma materno podría ser un mecanismo clave en este proceso.

Objetivos del estudio

El estudio IMPACT BCN (en el que participaron el Hospital Clínic, la Universitat de Barcelona y el fundador del Instituto esMindfulness, Andrés Martín-Asuero, junto con la instructora de MBSR Teresa Oller) se llevó a cabo en Barcelona, España, y estuvo activo entre 2017 y 2021. El ensayo incluyó a más de 1.200 embarazadas con alto riesgo de tener bebés pequeños para la edad gestacional (SGA).

Las participantes fueron asignadas al azar a tres grupos: Intervención con dieta mediterránea (MD): 1) asesoramiento nutricional y provisión de aceite de oliva virgen extra y frutos secos para fomentar una alimentación basada en este patrón dietario. 2)  Intervención con mindfulness y reducción del estrés (MBSR): programa estructurado de meditación y técnicas de manejo del estrés. 3) Grupo control: seguimiento del embarazo con la atención estándar.

El objetivo de esta investigación fue analizar el efecto de dos intervenciones en el estilo de vida durante el embarazo: una basada en la dieta mediterránea (MD) y otra en un programa de reducción del estrés (SR), ambas previamente asociadas a la disminución de casos de SGA. El enfoque de un estudio posterior consistió en evaluar su impacto sobre la microbiota intestinal y vaginal materna como resultados exploratorios.

Metodología

El estudio se desarrolló con una submuestra aleatoria de 351 embarazadas del ensayo IMPACT BCN, en el que las participantes también fueron asignadas al azar a una de tres condiciones: intervención con dieta mediterránea, programa de reducción del estrés o grupo sin intervención.

Se recolectaron muestras fecales y vaginales al final de las intervenciones y, en un subgrupo de 85 mujeres, también al inicio del embarazo. La caracterización de la microbiota se realizó mediante secuenciación del gen 16S rRNA. Posteriormente, se aplicaron modelos multivariados para evaluar las asociaciones entre la microbiota y las intervenciones.

Principales resultados

Antes de las intervenciones, todas las participantes presentaban un perfil intestinal similar. Tras la intervención dietaria, se observaron cambios significativos en la estructura global de la microbiota intestinal (R² = 0.008, F = 1.885, p = 0.002).

En concreto, la dieta mediterránea produjo:

  • Enriquecimiento en el filo Firmicutes, vinculado a un aumento de bacterias beneficiosas de las familias Lachnospiraceae y Ruminococcaceae, productoras de ácidos grasos de cadena corta.
  • Reducción del género Campylobacter (Coeff = -0.91; IC 95%: -1.361, -0.459), asociado a efectos negativos en la salud.

El programa de reducción del estrés mostró un impacto más limitado sobre la microbiota intestinal, aunque también afectó a algunos de estos grupos beneficiosos.

Asimismo, se observó que la diversidad microbiana intestinal disminuyó a medida que avanzaba el embarazo, un efecto más evidente en las mujeres que siguieron las intervenciones. En contraste, los cambios en la microbiota vaginal fueron mínimos.

Conclusiones

Las intervenciones en el estilo de vida durante el embarazo, especialmente la dieta mediterránea, influyen en la composición de la microbiota intestinal materna. Estos hallazgos aportan evidencia sobre cómo la alimentación y la gestión del estrés pueden contribuir a mejorar la salud en el embarazo y la evolución de la gestación.