La intervención MBSR (Mindfulness based stress reduction) puede ayudar a los padres de niños pequeños con autismo a gestionar los factores estresantes diarios, y de paso, beneficiar a sus hijos, según ha demostrado una investigación del Centro de Autismo del Colegio Claremont McKenna (California).

Rachel Fenning

Rachel Fenning

La mayoría de estudios concluye que los padres de niños con autismo suelen tener unos niveles de estrés particularmente altos, debido a la complejidad de la crianza de un niño con esta afección.

Un trastorno con diferentes grados

El autismo es un trastorno del desarrollo que provoca distintos grados de discapacidad en las habilidades sociales y de comunicación de las personas que lo padecen. Algunos niños tienen unos problemas más leves, mientras que otros están profundamente afectados: hablan poco, si hablan, y se implican en conductas repetitivas y obsesivas. Algunos niños tienen discapacidades intelectuales, mientras que otros tienen un coeficiente intelectual (CI) promedio o superior al promedio.

Hay varios tipos de terapias y servicios que ayudan a mejorar el funcionamiento diario y la calidad de vida de los niños con autismo. “Pero en general no abordan el estrés y las habilidades de afrontamiento de los padres”, ha explicado Rachel Fenning, que es la investigadora principal de este nuevo estudio.

La científica ha destacado que, tradicionalmente, se ha dado por sentado, hasta cierto punto, que los servicios que benefician a los niños con autismo también ayudan a los padres con su estrés. “Pero esto quizás no sea cierto, dado que los padres pueden enfrentarse a todo tipo de dificultades”, ha añadido Fenning, directora del Centro de Autismo de Colegio Claremont McKenna.

Factores estresantes

Los factores estresantes pueden ser muy variados. Desde problemas para acceder a los servicios para el autismo, por la dificultad de aprender la forma de implementar las estrategias terapéuticas del niño en casa o por problemas más generales, como equilibrar la vida laboral y la familiar, o por los gastos suplementarios que suponen los tratamientos de los pequeños.

Fenning y sus colegas deseaban ver si enseñar a los padres un método de afrontamiento de todas estas adversidades podría ayudarles. Para ello recurrieron a la reducción del estrés basado en mindfulness (MBSR, por sus siglas en inglés). El equipo de Fenning reclutó a 117 padres de niños en edad preescolar con autismo, la mayoría de los cuales provenían de familias minoritarias marginadas.

Los investigadores crearon dos grupos aleatorios: uno de ellos siguió una intervención de 8 semanas de MBSR, mientras que la otra mitad recibió un servicio educativo y de respaldo estándar, que no abordó de manera directa el estrés de los padres. Los familiares acudieron a sesiones presenciales hasta que la pandemia se interpuso, y el estudio pasó entonces a un formato en línea.

Menos estrés y más regulación emocional

En general, los padres de ambos grupos reportaron menos estrés hasta un año después, pero los efectos fueron mayores en el grupo que había seguido la intervención de MBSR. Fenning ha destacado que también se produjo una conexión entre las mejoras del estrés de los padres y las mejorías en la regulación emocional de los hijos.

Neill Broderick, psicóloga pediátrica de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, también ha estudiado la intervención MBSR para ayudar a los padres de niños con autismo. “El mindfulness puede ser muy poderoso en su capacidad de ayudarnos a pasar situaciones estresantes”, ha explicado.

Estudios anteriores

En un estudio de 2020, ella y sus colegas se enfocaron en los padres de niños menores de 3 años que recibieron un diagnóstico reciente de autismo, un momento que puede estar lleno de dificultades. Todos los padres recibieron un servicio estándar que les enseñaron técnicas para implicarse en la comunicación y los juegos de sus hijos. Y un grupo también siguió una intervención de MBSR.

En promedio, los padres que aprendieron mindfulness reportaron una mayor reducción del estrés y puntuaron mejor sus interacciones con sus hijos, en comparación con el grupo de control.