Las Primeras Jornadas de Mindfulness para una vida consciente concluyeron con una tormenta de ideas. Tras las ponencias, debates y el resto de actividades, los asistentes se dividieron en ocho grupos para debatir las principales conclusiones y retos de futuro a los que se enfrentaba la asociación y presentaron una batería de propuestas para marcar un camino a seguir en los próximos meses.

Entre esas semillas destacaba la iniciativa de Vitoria de crear espacios de silencio ciudadanos para propiciar el contacto con la naturaleza y con uno mismo en el propio corazón de las ciudades.

Una corriente que enlaza con los conocidos beneficios baños de bosque, tal y como explica el escritor Francesc Miralles en sus libros. En este sentido, varios grupos apostaron por potenciar estos espacios en ámbitos que van desde la familia y el círculo de amigos, a empresas e instituciones.

resumen de las Jornadas de Mindfulness para una vida Consciente

La necesidad de difundir el conocimiento y la práctica del Mindfulness en la sociedad, pero especialmente en sectores como familia, educación, sanidad, empresas, fue otra de las grandes conclusiones de las jornadas, por lo que se pidió que se exploren nuevas fórmulas para hacerlo posible, desde la configuración de app’s y otras herramientas digitales, hasta la implicación de políticos y administraciones públicas o incluso figuras sociales destacadas como deportistas de élite.

También se pidió que la asociación de instructores se abra más a la sociedad con el fin de sobrepasar el puro ámbito profesional de los instructores.

En este sentido se pidieron más jornadas temáticas para poder profundizar en aspectos concretos de la práctica y se elogió el acierto de presentar ponencias como la protagonizada por el monje budista Francisco Dokushô, porque consiguen abrir espacios de diálogo entre modernidad y tradición.